Aprende a gestionar tus contraseñas

Las contraseñas son las llaves que dan acceso a nuestros servicios y por ende a nuestra información personal por lo que  si alguien las consigue puede comprometer nuestra privacidad, pudiendo entre otras cosas: publicar en nuestro nombre en redes sociales, leer y contestar a correos electrónicos haciéndose pasar por nosotros, acceder a nuestra banca online, etc. Como es obvio la primera recomendación es por su puesto que la contraseña sea secreta, desde que la sepan dos o mas ya no es segura. Es muy importante transmitir esta recomendación especialmente a los menores, acostumbrados a compartir las claves con amigos o parejas. Si esa relación se rompe o se produce una enemistad, la otra persona tendrá acceso a toda su información.
Para conseguir una contraseña bastante segura y muy difícil de descifrar debemos seguir los siguientes pasos:
  • Debemos asegurarnos que la contraseña tenga una:
    • longitud mínima de ocho caracteres,
    • que combine mayúsculas,
    • minúsculas,
    • números y
    • símbolos.
  • No debemos utilizar como claves:
    • palabras sencillas en cualquier idioma,
    • nombres propios,
    • lugares,
    • combinaciones excesivamente cortas,
    • fechas de nacimiento
Tambien tenemos que tener en cuenta que no debemos utilizar la misma contraseña para todas las cuentas que tengamos dado que el robo de la clave en uno de ellas, sea por la circunstancia que sea, permitiría el acceso a todas.
En ocasiones, recordar todas las contraseñas que utilizamos (correo electrónico, redes sociales, mensajería instantánea, foros, etc.) puede resultar complicado.
  • Para hacer más sencillo el trabajo, podemos utilizar claves basadas en un mismo patrón, introduciendo ligeras variaciones para cada servicio. Por ejemplo, tomando como base la contraseña anterior, añadir al final la última letra del servicio utilizado en mayúscula:
    • Facebook → C10cpb…K
    • Twitter → C10cpb…R
    • Gmail → C10cpb…L
  • Dependiendo del servicio y de su importancia podemos utilizar claves más robustas o menos, para facilitar su memorización. Para los servicios más sensibles, siempre podemos utilizar un generador aleatorio de contraseñas. La mayoría de los gestores de contraseñas ofrecen esta funcionalidad.
Debemos tener también en cuenta que algunos servicios ofrecen la opción de utilizar preguntas de seguridad para que, en caso de olvido, podamos recuperar la contraseña. Sin embargo, muchas de estas preguntas son simples y cualquier persona que nos conozca mínimamente o que disponga de acceso a nuestras redes sociales podría averiguar la respuesta.
Ante todo esto.
Ante todo esto tenemos un gestor de contraseñas para almacenar las claves de nuestras diferentes cuentas.
 Estos programas nos permiten almacenar las contraseñas protegiéndolas con una clave de acceso que sólo nosotros conocemos. Antes de utilizar un gestor de contraseñas, debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:
  • La contraseña maestra que utilicemos para acceder debe ser segura y robusta ya que será la que nos dé acceso al resto de claves.
  • Si olvidamos esta clave no podremos acceder al resto de nuestras contraseñas, por tanto, debemos memorizarla bien en nuestras cabezas.
  • Debemos realizar copias de seguridad del fichero de claves, para evitar perder las claves almacenadas.

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